El descafeinado. Historia de una RECONCILIACIÓN.

Hola de nuevo,

Admito que mi relación con el descafeinado no empezó bien. Durante años pensé que era un mal necesario, algo así como una versión aburrida del café de verdad.

Algo que ofrecía por compromiso, molesto incluso por tener que pagar más por él que por alguna que otra joya que hemos tenido en tienda.

Tampoco entendía su consumo, especialmente por la mañana, salvo por el clásico “me lo ha impuesto el médico”. Era un poco "quiero y no puedo".

Pero resulta que las cosas cambian. Y uno cambia con ellas. Y aprende.

Desde que tostamos nosotros, el análisis y la información de cada uno de los cafés que terminamos seleccionando es mucho más profunda. También en el caso del descafeinado.

Con el tiempo, desde Chiapas (México), llegó Chabela. Complejo, limpio, dulce… ¡especiado! Y sin cafeína.

También apareció un artículo de James Hoffmann (el gran gurú), donde venía a decir que el café descafeinado es para aquellos que aprecian de verdad el sabor del café. Con un sencillo razonamiento:
"No pudiendo disfrutar de los beneficios de la cafeína, aun así toman café... luego les encanta. Su única motivación es el SABOR."

Así que he dejado de ver a los descafeinados como cafés de segunda.

Y llegados a este punto, vuelvo a hacer las cosas mal y (antes de tenerlo a la venta) os anuncio que en breve volveremos a tener descafeinado en la tienda (física y online).
Y no uno cualquiera... promete ser espectacular.

Saltamos de continente. Solo digo eso.

Gracias por estar ahí.

Sergio de SDCC.